Sobre ellos
La adolescencia es una etapa muy difícil de transición
en la que el cerebro adolescente está en "modo avión"
porque durante este viaje no pueden usar determinadas funciones,
ya que éstas se encuentran "actualizándose",
no les pidamos que usen todas las aplicaciones porque sencillamente
su corteza prefrontal no funciona de forma "normal".
El cerebro adolescente termina de desarrollarse entre los 25 y los 30 años,
dicha corteza prefrontal es una de las últimas partes en madurar.
Esta área del cerebro es la responsable de habilidades como
tomar buenas decisiones, establecer prioridades, planificarse,
no obstante está en una fase fascinante de adaptación.
Lo cierto es que esta etapa es un standby, un reseteo,
están formándose y regulándose,
es normal que durante esos cambios no encajen,
respondan impulsivamente, necesiten experimentar nuevas sensaciones.
Su sentido de pertenencia ahora está dirigido a sus iguales,
y para ellos es fundamental sentir que pertenecen a un grupo,
de ahí la importancia de fomentar las relaciones con sus amigos.
De hecho, si castigamos con no dejarles salir con sus amigos,
les estamos privando de algo bueno y necesario.
Sin embargo en ocasiones les premiamos con algo "malo",
con un Mc Donalds por ejemplo, más tiempo en uso de las tecnologías o algo material a modo de chuchería,
más parecido a un adiestramiento que a una educación.
Por tanto, éste y cualquier tipo de castigo, legado y heredado de educaciones pasadas,
no solo en la adolescencia sino en la infancia
carece de todo sentido de la responsabilidad en la educación para con nuestros hijos.
Los padres no podemos educar de la misma manera en un mundo que ha cambiado tanto,
los profesionales tampoco podemos acompañar de la misma forma en una etapa tan tiempo de cambio constante.
Queremos que nuestros adolescentes tengan autoestima
pero les indicamos constantemente qué es lo correcto,
sin dejar espacio a su intuición y elección.
En esta etapa están cruzando un puente inestable e inseguro,
donde todo es cambio y dejan atrás la niñez, para pasar al otro lado de la adultez.
Sea como fuere la educación que han recibido,
y el modo en que hayan sido cubiertas sus necesidades emocionales,
todos cruzan ese puente,
dónde cuestionarán lo más profundo de su identidad.
Ofrecerles un espacio de escucha, fuera de su contexto familiar y académico
puede ayudarles de forma positiva en este periodo.
"EL ZAPATO QUE LE AJUSTA A UN HOMBRE
LE APRIETA A OTRO; NO HAY RECETA PARA LA VIDA
QUE FUNCIONE EN TODOS LOS CASOS"
Carl Jung
Crea tu propia página web con Webador